Anchoas y Tigretones

Archivo para el día “abril 14, 2013”

To blog or not to blog

daria-daria-944721_1024_768

Daria, esa nerdy…
Imagen tomada de nerdcast.net.

Para Fran Lara

Las líneas en un blog puede que no sirvan de nada. ¿Es un blog un auténtico diario? ¿Es un registro de realidades o de imposturas? ¿Hay una ficción coherente, se encuentra una voz, se materializan esos dietarios, ese «diario ínfimo» del que hablaba Umberto Eco? ¿Por qué inauguramos espacios con nombres y fotografías, contestamos comentarios, desperdigamos algún que otro desencuentro, abrimos los grifos de la polémica, el canal de Panamá de la exhibición, la puerta señalada con una equis enorme de los malentendidos? No tengo una respuesta, quizás porque sí, simplemente.  Los juntaletras pueden ser todos narcisistas y autocomplacientes, es posible. Las líneas escritas, sean con una pluma muy decimonónica o con la sintaxis desconocida de los htmls, está ahí para rehacerse en un nueva creación, con recepciones e interpretaciones abiertas, tantas como lectores.  En lo que se escribe dentro de una pantalla, para ser leído allí, lo es quizás también para que se deconstruya con semánticas totalmente ajenas al ser recuperadas, sin contexto y de forma aleatoria, por un buscador de internet.  Una vez que salen de aquí, las palabras, los sentidos, fluyen y se multiplican. O se quedan en nada si no encuentran receptores. Sobrecoge un poco pensar en la orfandad de miles de palabras hiladas sobre un lienzo digital, perdidas en una vorágine extraña, pasando por tamices y embudos, diluyéndose sin remedio, sufriendo las metamorfosis de la reinterpretación y la pérdida de sentido original (el autor, oh, el autor).  Pero es un principio de la teoría literaria, y como ya he dicho muchas veces, los teóricos, qué duda cabe, se ponen más estupendos que los blogueros. Porque ellos lo valen, eso sí.

Cuando una reflexiona sobre estas cuestiones es inevitable, como parte implicada, pretender justificarse o, incluso, defenderse. ¿De qué? ¿Tenemos que establecer baremos de lo más o menos narciso, de lo más o menos autocomplaciente? ¿Más o menos que liarse en una red social a construir un personaje de vida excitante y supercool  casi siempre a partir de lo que no eres tú: tus hijos, tu comida, tu viaje? ¿Es más o menos legítima tal o cuál máscara, esta o aquella construcción? ¿Eres más o menos insegura o necesitas más o menos el refrendo popular que los tuiteros de cabecera, los temidos, los odiados, los venerados, los gurús? ¿Eres una nerdy un poco trapalleira o es que no tienes dónde contar estas chorradas? Pero tú, bonita, ¿quién te crees que eres escribiendo esas cosas y dándolas al mundo? ¡Pero si no te lee nadie, si nadie te conoce! ¿Te merece la pena seguir ahí, ver cómo caen tus visitas, tus comentarios, tus menciones? Y además, si lo hicieses tan bien, escribirías otras cosas, ¿no? ¡Deja de ser una escritora de juguete y escribe una novela de una maldita vez, que te pongan bien a parir y ya verás cómo se te quitan las ganas y la tontería esta de la escriturita digitalita!  (Todo este párrafo anterior yo lo imagino poniendo yo carita de Oliver Twist alargando el cuenco y pidiendo más comida, recibiendo la respuesta que todo el mundo sabe y que no vamos a repetir. Mezclando un poco, conviene poner cara de tontaina pasivo agresivo y decir, también, lo que ya todo el mundo sabe: I would prefer not to. Y sublimar la pastichada, que para eso esto es un blog).

¿A qué viene todo esto a cuento? Pues a que, pensando mucho sobre el tipo de lectura que hacemos en el mundo digital, un blog sí puede ser muchas cosas además de un pretendido y gratuito autobombo (si es que lo es, que yo, personalmente y en fase expansiva, digo que no). Nace y crece, se reproduce e, inevitablemente, muere: pero cuando a ti te da la gana, no cuando cambia la política de una plataforma o de una red (Lorena Fernández, Honorio Penadés, os devuelvo la pelota aquí :-)). Puede ser un espacio de debate, de conocimiento colectivo, de creación, de diarios y de semanales. También, es cierto, puede ser uno de los múltiples lugares en los que se refugian algunos mamporreros. Pero hay muchos más mamporros, y no gratis, en la prensa tanto del régimen como del movimiento, así, en minúsculas.  Yo es que hago esto, qué le vamos a hacer. Y me paseo por los barrios digitales porque de ellos aprendo mucho, o no, simplemente me divierto, que no me parece ninguna simpleza. Y muchos, muchísimos, cuadernos de la red forman parte de mi historia, no solamente aquí, sino allí y allá, de este lado y del otro, de lo que empieza en la pantalla y en lo que termina.  Y echo de menos-y esto, Fran, sabes que es para ti-la escritura de muchos blogueros a los que he leído con admiración y respeto. Y que, sin duda alguna, forman parte de mi minúscula historia en la red, a los que sigo y añoro. Y que, ojalá, vuelvan.

Hoy es 14 de abril. Viva la República Independiente de los Blogs.

Navegador de artículos