Anchoas y Tigretones

Apuntes y escrituras (3)

Source: http://hecticinsideofme.tumblr.com

Muchas veces comprobó si llevaba todavía ese lápiz guardado en el bolsillo. Hay quien dice que todas las historias están ocultas dentro del grafito intenso, de la tinta que se queda así, absorta y expectante, en stand by digamos, en los cilindros transparentes de los bolis Bic, en los recambios de tinta de las impresoras, en el teclado tan ausente de todos los días.  Quizás exista, aunque yo lo desconozca, un depósito personal para las ficciones, independiente de esa especie de grito munchiano, de rapto inaudito que convoca ante la pantalla o el papel a quien persigue el contar, desde el principio o el final, una historia, una trama, del derecho o del revés.  Lo que creo que sí existe es un lugar, valga como tardío homenaje, en el que habitan los monstruos, que, ni buenos ni malos, pugnan por salir de ese cuarto de ratones poblado de mil y un disfraces. Y de sombras.  Las que pueden convertirse en una propuesta de relato, de novela, de poema. Hay quien pasa la vida rompiendo borradores, porque puede que toda la vida sea un inmenso ensayo. No creo, tampoco, que valga demasiado la pena hacer hagiografía ni palpar, por si acaso, todos los estantes de las bibliotecas universales, buscando una receta oculta en una balda con doble fondo.

Escribir es siempre un acto desconcertado. No basta con mirarse al espejo, ya que siempre habrá, en ese vestuario de grandes almacenes, alguien detrás de ti probándose también algo para ver si le sirve o no. También coges de una percha ropa que, sin estrenar, ha sido antes probada, vista y pensada por otros.  E ,incluso, esa forma que has tenido de intentar ajustar un pañuelo al maniquí alguien la observará y la utilizará.  Sí, vale, lo de siempre: el inmenso palimpsesto. Pero la voluntad de seguir palpándose el bolsillo y comprobar si el lápiz sigue ahí es solamente tuya.  O mía, quién sabe.  Y apartar la ansiedad de la influencia es, por supuesto, una voluntad personal, que no impide romper borradores ni ajustar líneas, ni que todo aquello que salga quede en un cajón, en un pendrive, en el disco duro de un ordenador.  Como niños durmientes, esperando que alguien los avise de que ya va siendo hora de ir al cole.

Y todas esta sensata insensatez, esta filosofía de best seller de un incierto domingo tempranero, está dentro de un lápiz que yo llevo palpando mucho tiempo, sin saber si lo que lleva dentro saldrá alguna vez de un limbo o de un tupperware,  cercado por un pudor extraño  o la prudencia, que es el modo cobarde de llamar a la inconstancia.

En el otro bolsillo llevo un afilalápices, lo cual, como compensación, no está nada mal.

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2 pensamientos en “Apuntes y escrituras (3)

  1. Pedro en dijo:

    A veces son las manos las que tienen ganas de hacer o escribir cosas que tú no sospechas 🙂 A mí me pasa.

  2. Carlos en dijo:

    Eu tamén teño esa sensación de túnel máxico respecto do lapis, bolígrafo -bolíjaro, para as miñas pequeniñas-, pluma ou teclado. Raramente sei que vai saír cando o pouso sobre o folio ou a páxina do caderno -imitación Moleskine, no meu caso-, pero sei que sempre sae algo que me estaba vivindo, sen que me decatase.
    Bicos grandes, primaverais, acabados de apañar.

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