Anchoas y Tigretones

En un cuaderno Moleskine (16) : …y la cinta de Möbius

Infinite Loop from warwick on Flickr cc

El cuaderno, esta vez, en tercera persona:

«Nunca lo había sentido tan lejos como estos días. Era extraño: esperaba cualquier señal de su vuelta voluntaria, un atisbo de no sabía bien qué perdones, un indicio de calor. Seguía escribiendo y pensando, en él, para él. Le faltaba su mano que nunca había tenido. También una piel que había gastado sin olerla. Se estremecía de nuevo cuando, periódicamente, escuchaba su voz,brevemente, enzarzada en algunas melodías y pentagramas. No, eso no se iba.. Y después de todo, pensó que las historias eran siempre circulares: empezaban con una comunicación silenciosa, ignorada, desconocida por ambos. Pasaron días enteros enmarcados en líneas alternativas, ella, él, ella, él, en una conversación que se intensificaba, que desgranaba, poco a poco, intimidades y ternuras, tristezas y algún enfado, confidencias a medianoche y a mediodía, recetas de cocina y pedazos de anécdotas en el tiempo. La distancia medida en kilómetros los protegía. Él hacía mucho que tenía otras guerras interiores. Y ella también. Bordeaban, de algún modo, la forma de no mostrarse las heridas. Aunque arrastraban tantas cicatrices que no podían tapárselas, ni aún usando las dos manos.  Y no saben por qué coño se querían tanto y se sentían, sin haberse mirado a los ojos nunca. Pero compartían un aire imposible. Y se adoraban. Y, a veces, se detestaban profundamente. Y todo lo hacían así, sin gramáticas posibles. Un día ella quizás tuvo una falta de ortografía. O él se saturó de una» invisibilidad invasiva», o de esta aliteración, o de la cacofonía. O sucedieron cosas que nunca, es muy posible, se contasen. Ninguno de los dos, al final, era nadie para dar o pedir explicaciones. Y ella comenzó a pensar que si quería aprender su lengua, tenía que trazar una distancia que le llevase desde él  hacia él y a pesar de él.  Le escribió este texto, como una banda de Möbius, una pirueta verbal, un desahogo inoportuno, sin reproches inmerecidos porque no tenía de qué quejarse. Y antes de darle al enter y enviarlo, sin esperar respuestas ni acuses de recibo, dibujó en el aire  un problema  :el símbolo de un límite cuando tiende a infinito».

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4 pensamientos en “En un cuaderno Moleskine (16) : …y la cinta de Möbius

  1. Carlos en dijo:

    A fita de Möbius paréceme o abrazo que nunca se acaba.
    Bicos

  2. Unha amiga do fb díxoche que este era o mellor blog do mundo, e eu digo, como naquel anuncio de cervexa de cuxa marca non me lembro, probablemente.

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