Juegos reunidos
El juego empezó sin repartir cartas, ni fichas, sin tableros de por medio. Sin posibilidad de hacer tablas ni exhibir el disimulo del que, como quien no quiere la cosa, se acaricia levemente el lóbulo de la oreja. No: era un planteamiento de viaje y ella, que procuraba la prudencia en todos aquellos alfabetos que él le regalaba, así lo entendió. Como en las tardes en que los límites tendían a infinito, él señalaba la línea de salida y hacía el disparo al aire. Y le pidió que decorase algún momento con una copa, una comida y una banda sonora. Ella se enteró, por ejemplo, de que a él le gustaría escuchar a Nick Drake antes de pasear un sábado por la mañana por la Fnac y también tomarse un desayuno contundente. A él le sorprendieron los Guns and Roses y Etta James saltando entre el expresso y las tostadas. Sin embargo, una tormenta repentina les pillaba con Eliane Elias y Sinatra golpeando la ventana en forma de gotas,con el trajín de preparar un rape flambeado y bebiendo un tinto delicioso. También que, a pesar de lo mucho que se lo habían prometido a Paul Weller, algún picnic casero e improvisado llevaría champán y Gershwin. O bocadillo de Nocilla con Coca Cola Zero, que es la gran merienda contradictoria. Y que en la geografía que no comparten se puede recorrer en un coche diminuto la costa en invierno, dejando que suenen los Pogues y Richard Thompson. Y comer aceitunas, cacahuetes y almendras en el sofá, trasegando sendas Coronitas y que termine el día así, sin más, yendo de los renglones del libro a unos labios, con Prince y Ute Lemper peleándose por ocupar su espacio en el aire. En un momento dado, se quedaron callados, y cada uno, mentalmente, perfiló posibilidades. De islas y de futuros.
A ella le encantaba que, de vez en cuando, él le hiciese trampas. Y él, aunque no lo confesaría nunca, sabía que ella le dejaba ganar.
Anchoas y Tigretones 
Con el balamío* que se me presenta cada día, es muy relajante leer tu buena literatura. Seguramente no te lo ha dicho nadie (ja, ja) pero escribes muy bien. Tanto, que consigues que disfrute de un momento Santori desalcoholizado (http://spf.fotolog.com/photo/31/63/31/john_kakota/1214599204720_f.jpg)
Espero que el tinto delicioso fuera uno de estos. Eso redondearía el texto hasta límites insospechados 😉
*Balamío: (jumillanismo) jaleo, confusión, algarabía, montonera de gente…
Don Pedro: ¿sabe usted que soy la mayor fan de los Jumillas del mundo mundial? Gracias por los vinos y por las palabras.Y por visitar esta casa con tanto cariño.
Domingo. La mañana es fresca y llueve mansamente. Anoche nos acostamos tarde viendo películas, sin embargo hemos madrugado. Después de desayunar nos calzaremos las botas, nos enfundaremos en gabardinas e iremos a pasear bajo la lluvia. Si el paseo se alarga, tal vez lleguemos hasta la FNAC, que no cierra los domingos, y tomemos un aperitivo. Luego cocinaremos algo en casa. Nos espera una tarde de sofá y lectura.
@thecostelloshow : Pues te diré que hay un temporal tremendo. Pero siempre me gusta pasear en días grises. Aunque aquí la FNAC sí cierra en domingo. Pero pasar la tarde leyendo con unos viejos pantalones, descalza o con unos calcetines gruesos, con una botella de buen vino y un libro mejor, me parece un planazo. Y si cocinas, ya es de lujo. Y si me dejas escoger algo de música, claro.
Era tu turno. Y te he dejado hasta tres posibilidades de confeccionar el menú.
ya sé que era mi turno. Y ya sé que lo sabías.En cualquier caso ahí va: para el aperitivo, cerveza y patatas fritas, «The Queen is dead» de ya sabes quienes. POr la tarde, en casa: bombones de chocolate blanco, cava y la banda sonora de «Mad men». Mucho antes de una comida improvisada haciendo maletas alegremente para saltar en un avión rumbo a NY.