Lectura, erudición (VI)

Imagen tomada de thisismarilyn.com
"Lo que comprendí cuando era un muchacho en la escuela-y no era difícil verlo, nos lo machacaban-fue que los que se portan bien, los conformistas y sumisos eran, y lo serían luego en la vida, los mejor recompensados. Lo perturbador era no sólo que los menos brillantes bajasen, sino que los rebeldes, los alumnos "difíciles", casi siempre los más divertidos y vivaces, no sólo fracasaban, sino que no podían lograr aprobación. Supongo que me veía a mí mismo así. Por suerte existían los Beatles y los Rolling Stones, Descubri que mi mundo era el pop,que entonces era un refugio para los pocos no conformistas y creativos. Por esa época, mis amigos y yo empezamos a fumar marihuana y tomar LSD regularmente. Hasta entonces yo había sido, creo, como un montón de otros chicos, educativamente anoréxico. Nada penetraba: yo no lo permitía. Un día, alguien me dio Confesiones de un comedor de opio inglés de De Quincey. De ahí pasé a Hunter S. Thompson y después ya nunca paré de leer. Los escritores malditos, Bukowski, Henry Miller, Anais Nin y luego Roth, Salinger, Kerouac-artistas que combinaban el placer con el arte-parecían tan autodestructivos como las estrellas del pop. Eran escritores que celebraban a los jóvenes salvajes, sufridores, desesperados. Y esto era tanto un retrato de cómo me sentía yo como de quién quería ser yo desde algunas regiones de mi ser. Empecé a aprender que la literatura no era algo respetable y que no pertenecía sólo a los profesores y a los sustentadores de la cultura."
Hanif Kureishi Soñar y contar : reflexiones sobre escritura y política
(trad. de Fernando González Corugedo)
Anagrama, 2002 p. 290
Vaya, la tribu de los «beat» («golpeados»)y sus (en su mayor parte) infumables «aullidos» («Howl») vuelve a estar de moda editorial. 😛