Anchoas y Tigretones

Las biografías incendiadas

 

 

Imagen tomada de http://7.monterreyfilmfestival.com

Decía alguien una vez que una mudanza, un cambio de residencia, de entorno, de lugar, es lo mismo que dos incendios. Tomar decisiones sobre lo que me llevo o lo que no, está sí,esta no,es relativamente sencillo para las absolutamente descerebradas como servidora, que se llevan hasta destornilladores para hacer senderismo. Otra cosa es aprovechar para hacer limpieza. Las montañas de papeles, de carpetas traspapeladas en archivadores, la ansiedad que nos produce el hecho de que ese pasado escrito y testimonial nos devore nos lleva a tomar decisiones precipitadas que, casi siempre, lamentamos. Quien, en un rapto de ira, no ha tirado a la basura algunas fotos que, realmente, no sé si valdrían millones ahora en una revistilla del hígado, pero que sí nos darían para algunas risas o terapia de grupo y autocrítica. O haber perdido, por ejemplo, y siguiendo la estela extremadamente práctica de mi madre, vestiditos de la Nancy, cacharritos de cocina de la infancia o regalado libros de las mellizas o de la inverosímil Puck y sus veleidades detectivescas.  Con lo que valen ahora en ebay.Yo soy de las fetichistas y apegadas a ciertas cosas, aunque, reconozco que de vez en cuando me da el exotismo y me quedo con un hogar de lo más aséptico, digno de una revista de arquitectura con esas casas tristes que son sólo para enseñar. Aunque, confieso, el horror vacui se apodera pronto de mí. A cabesiña, que non para.

A mí me gustaría poder hacer de detective de mí misma y encontrarme al deshacer una casa con documentos insospechados que demuestren que soy, por ejemplo, la heredera nunca reconocida del rey de la gaseosa de Miami, una cosa como muy normal y cotidiana. Lo de tener que emprender acciones legales al respecto me da mucho sueño, pero que quieren, una hace de todo por la justicia. Y por la pasta. También me gustaría encontrarme escabrosos secretos familiares apoyados por una correspondencia subida de tono, con testimonios  gráficos, entre, por ejemplo, un tío abuelo y una doncella que  materializaron un amor fou.

Todas estas tonterías que escribo y que proceden de un mal gusto por el melodrama más rancio no tienen absolutamente nada que ver con lo que viene a continuación. Cuando hablaba de biografías incendiadas me refería a esos testimonios que aparecen y  descubren que tu vida no es tu vida, que, en realidad, es otra.  Que verte por primera vez ante el espejo, donde sigues siendo tú pero donde tus raíces se han removido, se convierte en una ceremonia dolorosa de encontar un pasado del que procedes. He visto la magnífica película canadiense Incendies. Dos hermanos reconstruyendo el último deseo y voluntad de la madre: encontrar a otro miembro de la familia hasta ese momento, para ellos, inexistente. Viajar en el tiempo a ese lugar del origen, que puede ser Líbano, que puede ser cualquier lugar del que nos han hablado y desconocemos, con un paisaje de muerte y guerra, de supervivencia y de desolación. En el que se todas las dinámicas se suspenden y la lógica de la represalia es la única que funciona. Y, como en el poema de Shelley, el velo pintado  se alza y descubre, poco a poco, una tragedia que es, al final, una reconciliación. O no: puede que el dolor, el espanto y el miedo sean la consecuencia simplemente de un puzzle sórdido. Pero que  es real y con el que deben estos hermanos vivir. Porque a veces, aunque bajemos muchas bolsas de basura al contenedor, aunque reciclemos todos los residuos, algún resto se queda a vivir. Para siempre. Como cenizas humeantes de un incendio.

Incendies (2010) Canadá. Dirigida por Denis Villeneuve. Con Lubna Azabal, Melissa Desormeaux-Poulin, Maxim Gaudette.

 

 

 Ficha en IMDB

http://www.goear.com/files/external.swf?file=d31ef15

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5 pensamientos en “Las biografías incendiadas

  1. Querida, o seu post venme como anel ao dedo: certos problemas con blogger obrigáronme a reabrir o blog con outro enderezo. Sigo en plena mudanza, xa o verá, aínda que o estrés xa remite. Tería a bondade de actualizar o enderezo na súa columna dereita para que poidamos seguir en contacto? Moi amable. (Odiosas mudanzas…)

  2. Xosé A. en dijo:

    Estamos cheos de habitacións pechadas, e abrir as das persoas que nos rodean ten a fascinación do novo pero tamén o gume de coñecer pantasmas… Irei ver ese film, dende logo. Encantoume o post. Un bico moi grande

  3. Carlos en dijo:

    Os avatares informáticos tivéronme ausente deste blog un tempo. Volvo con pracer, e cun bico grande.
    Carlos

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