Analógico/Digital (7)
Para Pilara a modiño , que fue quien hizo esta reflexión
Llevaba media hora sobrecogida pensando en la causa palestina, cuando saltó, de golpe, al problema de la capa de ozono. Reflexionando sobre las muchas guarrerías que hacemos a diario y que sí, que es verdad que nos estamos cargando el planeta, firmó una nueva solicitud dirigida a algún mandatario suplicando que se parase una lapidación. Luego, seleccionó un larguísimo texto sobre los familiares de los enfermos de cáncer, que, claro, pobrecitos, también hay que recordarlos . Cortó y pegó en su muro, casi sin leer. Comprobó que no tenía más solicitudes de "causes" y apagó el ordenador. Qué cómoda era la solidaridad a golpe de click y qué aséptica. No tenías que pringarte en nada y te sentías taaaaan bien. Eso sí, molestaban los negritos con sus películas y sus falsos bolsos de Carolina Herrera apostados ante su portal. Manía que tiene esta gente de ponerse en lugares de tránsito. Como estos gitanos de mercadillo, tan horteras ellos, qué poco parecidos a los que viven en Francia, pobriños, esos a los que quiere echar Sarkozy. Arrebujada en su chaqueta plagada de chapitas de Greenpeace y soflamas antisistema, no se olvidó de meter su iMac en la mochila, no fuera a ser que se convocase una nueva manifa y la pillase desprevenida.
Coda final sin estrambote:
El mundo sigue siendo mundo, el cáncer sigue siendo cáncer, los territorios ocupados también y la miseria moral sigue siendo la misma. Agradezco infinitamente el trabajo de los que agitan nuestra conciencia desde el planeta de los html. El trabajo que viene después es de cada uno, de abrir los ojos y mirar el mundo que está detrás del monitor. El click está muy bien para dar visibilidad, para enterarnos y apoyarnos, pero no debe producirnos amnesia ni mucho menos proporcionarnos tranquilidad. Esa tranquilidad de pijerío occidental que tiene la protagonista de este, llamémosle, relato.
Anchoas y Tigretones 
Se sentía “taaan solidaria”, era una mujer “implicada”… Se paró delante de la tienda chinoise y decidió arrear con una copia de bolso Vuitton, pero eso sí, muy hippy, regateó con el chino aquel ¡prendía soplarle 6€! Ella era de izquierdas, lo suyo era vivir una “imitación a la vida”, la conciencia bien tranquila. Gracias Sigrid, me sé tan incoherente -sobrellevoló- y hoy para mayor abundamiento henchida de orgullo estoy.
Eu creo que todo o que facemos en consciencia e con entrega ten efecto, mesmo un click. As proxeccións das nosas cherepas, en cambio, non me parece que nos leven moi lonxe, aínda que utilicemos sistemas convencionais para materializalas.
Bicos
En cada época hay una manera «mágica» mediante la que la gente puede creer que «hace algo» para mejorar el mundo sin alterar su vida en absoluto. En el pasado, cuando se tenía noticia de que empezaba una guerra en algún lugar del mundo, la gente se reunía en la iglesia para rezar. Estaban seguros de «hacer algo», y lo hacían también con entrega. Y en la prensa también salían cosas como «Tantas personas se han reunido en la iglesia Tal para rezar por Cual Cosa». Quien les dijera que aquello no valdría realmente para nada sería tachado de hereje y loco. Pero las relaciones causa-efecto no son una cuestión de voluntarismo. Y de meras buenas intenciones está empedrado el infierno.
Los «golpes de click» son las «oraciones» de hoy, elevadas al cielo cibernético.