Analógico/Digital (4)

Fue una noche en vela, como tantas otras. El solía recorrer su escritura en femenino y ella, sin saberlo. El también imaginaba su rubia sonrisa ante sus comentarios, cómo se le pondría una arruguita en la frente, un gesto de incomprensión o de sorpresa, cómo se apartaría el pelo de la cara. Iba inventándola, construyendo una anatomía ficticia a través de vivencias ajenas, de amigos desconocidos, de lugares que nunca había visitado. Esperaba todos los días-con la avidez del solitario ante una llamada de teléfono en la tarde del domingo o ante un buzón de postales y sellos multicolores-ese diminuto pedazo de algo parecido a un diario que, cada tres o cuatro días (una semana, si la cosa se ponía chunga), aparecía ante su pantalla con la precisión sobria del lector de feeds. También la releía. Y ella, sin saberlo. A muchos o a pocos kilómetros,eso daba igual. POrque cuando uno lanza mensajes en botellas al ciberespacio no sabe quien va a recoger ese guante. Y lo sorprendente, lo increíblemente sorprendente, es que no hay vacío al otro lado. Siempre hay alguien. Y él, sonreía con su taza de café frente a la pantalla, desgranando pausadamente el post del día. Y además, no tenía la culpa de haberse enamorado de una bloguera. Ni siquiera la tenía ella, la autora ficticia de un modesto blog en un modesto soporte.
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Desde mi modesta opinión quería que supieses que yo siempre abro tus ciberbotellas porque me gusta mucho leerte…., como si me hablaras nunca susurras.
@Carmen Me emociona lo que dices y me hace mucha ilusión. Eres bienvenida siempre a esta página y a estas líneas. Un beso muy grande, no dado, susurrado 🙂
Eh!! que yo tb estoy ahí. Quiero que me susurres otro de esos besos y no le diré a nadie que te dedicas a tirar botellas por ahí.
No, no hay vacío al otro lado, he abierto la puerta, he gritado y no hace eco
@nandi: Yo siempre estoy para ti
@Pilara a modiño: Claro. Siempre, como decía Machado, «a distinguir me paro las voces de los ecos». Y también estoy aquí siempre para ti.