Lectura, erudición

"Comencemos por aclarar la antigua confusión que se da entre el hombre que ama la erudición y el hombre que ama la lectura, y señalemos cuanto antes que no existe conexión de ninguna especie entre los dos. El erudito es un entusiasta sedentario, concentrado, solitario, que busca en los libros en su afán de descubrir una pizca de verdad, en la cual ha puesto todo su empeño y su corazón. Si la pasión de la lectura lo conquista, sus ganancias menguan y se le escurren entre los dedos. Por otra parte, un lector ha de poner coto al deseo de aprender ya desde el comienzo; si el saber se le pega, excelente, pero ir en busca del saber, leer de acuerdo con un sistema, convertirse en especialista, o en una autoridad, es algo que tiene todas las trazas de acabar con lo que preferimos considerar como una pasión más humana, una pasión por la lectura, pura y desinteresada"
Virginia Woolf Horas en una biblioteca
Existen personas que comen exclusivamente para nutrirse y para las cuales la masticación no es más que un trámite engorroso pero necesario. Podrían alimentarse de cápsulas energéticas concentradas. También existen las que comen por el mero placer de comer, y que puede llegar al extremo de vomitar para poder darse de nuevo el gusto. Pero son casos patológicos y extremos. Lo natural es disfrutar de ambos placeres. EL inmediato y sensorial de los sabores y el «intelectual» de saber que aportamos a nuestro cuerpo los mejores nutrientes para su salud.
Particularmente me gusta leer algo que me aporte conocimientos, de forma directa o inducida. Pero escrito de forma que me aporte placer su lectura (la «presentación» del plato). No me gusta leer «cápsulas» informativas (salvo en casos en los que no hay más remedio).