Teclados y cosmogonías

Eran veintiocho y algunas más. No contaban como parte del pequeño universo, pero estaban ahí. Signos de más, asterisco, paréntesis. En extrañas combinaciones se convertían en guiños, sonrisas, algún que otro beso. A veces las miraba muy fijamente, intentando exorcizar el demonio de la ausencia. Otras, intentaba escuchar su latido sujetándolas contra la mejilla. Algunas veces, de noche, se incorporaba en la cama y creía entender su lenguaje silencioso, materializado en un clic no tan habitual como exigían sus anhelos. Las letras. De tanto sentirlas como parte de sí, comprendió que la cosmogonía del corazón no era alfabética, no tenía que ver con discursos, declaraciones y batallas. El teclado era un mar de posibles y, el día que recibió el sms definitivo, el que cerraba el círculo infernal, el que ordenaba por fin sus países y geografías, sintió una pequeña decepción, porque la verdad aguardada largamente tenía pocos caracteres. "T q", decía el mensaje. En ese momento se dio cuenta de que no merecía la pena tener tarifa plana y volvió al móvil prepago.
Non entendo. Lémbrame ao do turista que andaba por Pontevedra y viu un cartel, ‘Bar o Candil’. ‘Que terá que ver unha cousa con outra?’`, preguntouse en voz alta, e seguiu adiante, moi intrigado.
Bicos
&
Carlos, eu estou dacordo co turista. Homenon. Por outra banda penso que entre a monogamia e o prepago hai certa relación, ficticia, claro está.
Oddie, has dado en el clavo. 😀
Meu deus, qué capitalista esa relación. A fin de contas, os contratos e as hipotecas… e o cura como notario e o notario da hipoteca como cura… creo que me estou mareando 🙂 Un relato espléndido!!! Bicos!
Sí pero para el prepago también tienes que dar tus datos..Bonito!
Inda foi peor a do que se estaba afogando no mar e berraba «Ese o Ese, Ese o Ese!», e berráballe outro «Pero cal dos dous!»
A min, o de monogamia prepago sóame a ‘hotel de alta rotatividad’, que din por Argentina.
Máis bicos