Anchoas y Tigretones

Archivo para el día “enero 5, 2010”

Lecturas en paralelo (1)

NY map

Aquí la que escribe tiene sus mitomanías, como casi todo hijo de vecino. Aquí, la que se está dejando lo que le queda de vista en esta minipantalla-pero es un netbook rojo cereza y eso da mucho prestigio en esta cafetería con wifi-tiene sus santitos y sus idolillos a los que pone flores de vez en cuando o enciende velas. Pero, aquí, esta criatura tiene, vaya por Dios, criterio propio y además es una fiel devota de Andersen y su cuento del emperador desnudo. Y cuando este buen hombre va por la calle sacudiendo las partes pudendas pensando que va divino de la muerte, creo que, por bondad y solidaridad humana, hay que decirlo.Y todo esto viene a colación porque yo, que no terminé mi doctorado y tengo pánico escénico a los exámenes, leo a algunos autores y me parece que no son para tanto. Y veo algunas películas con las que hiperventila todo Cristo y me quedo tan pancha. y creo que si la literatura y el cine no nos hacen sacudirnos en el sillón o en la butaca (no sé si seguiré leyendo en el sillón cuando mañana me echen los Reyes el Kindle)…pues como que no.

Después de esta absurda palinodia, diré que viene al caso porque acabo de terminar Invisible de Paul Auster. Auster es un escritor eficaz, irregular, con rasgos de genialidad ocasionales y con esa capacidad de crear bucles y tramas paralelas que nos hacen, algunas veces, sucumbir a las trampas de la ficción. Y de eso se trata. Pero cuando termino de leer "Invisible" y me digo a mí misma que es "una novela más de Auster" (como pasa, no siempre, con "otra peli más de Woody") creo que algo falla. No he querido leer ninguna crítica a la novela, ni siquiera las notas de Arume. He esperado a leer la "Biblopsia" de Rodrigo Fresán. Y me he quedado patitiesa. Me explico: no  coincidir con uno de tus críticos-lectores de cabecera a mí, generalmente, me produce una satisfacción tremenda por la parte especulativa que puede llegar a tener. Pero cuando te das cuenta de que tú has leído otra novela, te quedas de piedra. Claro que he reconocido las pseudoreferencias literarias (desde Byron a Vila-Matas, tela marinera). Pero me deja absolutamente boquiabierta "la suerte de gótico moderno a lo Jean Rhys." Hombre, Rodrigo que no me leerás, eso me parece un poco fuerte. "Ancho mar de los Sargazos" no tiene nada que ver con Auster. Pero nada de nada. O yo no lo veo o no entiendo o me he quedado sin  referencias, no lo sé. Yo había visto bastante más, salvando las distancias, de "El placer de los extraños", pero bueno…

Sigo leyendo la crítica-esa soberbia prosa de Fresán, esta sí llena de guiños y en ocasiones flemática, como un buen chiste de sexo contado a la hora del té en una mansión de la campiña inglesa-y de repente, y al final, tengo una revelación: Fresán también ha leído "otra más" de Auster. En el párrafo final dice literalmente: "así salimos de una novela (…) preguntándonos qué nos pasó. Y lo que nos pasó fue, y es, de nuevo, un libro de Paul Auster". Gracias, Rodrigo, gracias. No soy marciana. Ya llega con que no me gustase "Agora" de Amenábar.

Es decir: más guión que novela. A pesar del regocijo íntimo al reconocer lugares muy queridos por mí en NY. No sé si me llega. Y me atrevo a pensar que no sé si me gusta esta novela de Paul Auster. Porque, como dije más arriba, crea bucles narrativos interesantes. Sin afición al estilismo, pero con tirón, nos va llevando de la mano por un Infierno particular. Bucles, no remolinos. Los remolinos, los patchworks alucinados de Fresán y de Bolaño, por ejemplo,están ausentes. A lo mejor es que me influye demasiado el concepto de "plaisir du texte" de Roland Barthes. Y no digo que esté mal (la segunda parte de la novela es soberbia. Como lo es en "Brooklyn Follies" el proyecto sobre la enciclopedia de la estupidez humana). Sólo digo que he leído otra más de Paul Auster.

(Nota de la lectora: Pueden leer el texto completo de Rodrigo Fresán en  el último número de Vanity Fair, p.112. Entre una cosa y otra hay una entrevista con Adriana Abascal que demuestra que también hay personas que viven en mundos paralelos. Por no hablar de Ivanka Trump recomendando un vestido camisero blanco si no queremos fallar en nuestro estilismo. Ayer no los había en el Primark. Mierda, soy una demodé).

 

 

 

 

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