Anchoas y Tigretones

Archivo para el día “noviembre 23, 2009”

Llamadas de lunes

Blablabla

 Para Encarnita Alcázar, que estudia muuuuuucho, mucho..

En un lunes un poco raro, se amontonan los correos por responder, los propósitos de teclear en esta mi casa más a menudo, el poner al día los afectos que tengo a remojo y desterrar la maldita pereza pavesiana que me ataca en mi spleen otoñal (modo Luis Antonio de Villena on). Hay mañanas en las que odias el teléfono cuando alguien te interrumpe en el exacto momento en el que acabas de entender la maldita sintaxis de una base de datos, cuando estás (sic) dale que te dale a los portfolios y a los objects de SFX, o cuando estás medio escondida zampándote un yogur o una barrita Biomanán matagusanillos y contestas al teléfono como si tuvieses en la boca, en vez de 35 calorías de mierda, el resultado de una caja de polvorones La Estepeña sin beber, que, a ojo de buen cubero, deben de ser unas 7865 calorías. Puede que también, en ese crítico momento, te llame tu madre para comprobar que tienes el teléfono con cobertura (sic), para decirte que, quizás se sienta un poco sola y que no quiere hacerte chantaje emocional,  pero concluyes  que deberías de verla más a menudo, especialmente ahora que su salud se pone caprichosa. O, por qué no, estás haciendo veinte cosas a la vez y tienes, verbigracia, pantallazo de Facebook y de Twitter para seguir a los bibliotecoides tecnólogos, Millenium abierto porque es fiesta de guardar, tus basitas de Access y tus hojitas Excel cada una en su rinconcito y tus Delicious, Zoteros, Cites U like, RefWorks y demás haciéndote compañía sonriente con sus iconos minimizados y tú empiezas a pensar que deberías sacar más partido a todas esas herramientas. También es posible que cuando la manifestación de turno, los flautistas, gaiteiros y visitantes que copan los aledaños de tu lugar de trabajo no te dejen ni oírte los latidos del corazón, se produzca un cataclismo en forma de "se ha caído tal o cual recurso" y empieza a sonar el teléfono para  hacer la genealogía completa, y no muy complaciente, de los familiares del inventor de Metalib y ya, por extensión, de la "mierda del internés".

Pero también, a veces, el teléfono te interrumpe para darte buenas noticias o para dejar que enlaces el noray de la esperanza. De que a un amigo las cosas le van de forma inmejorable y que es todo resultado del esfuerzo y el tesón. Ole. Que otro te dice que solo le ha apetecido estar como una vaca Paca en el sofá todo el fin de semana.  También pueden llamarte para pedir una tirita emocional de urgencia. O un sarcasmo para acompañar una decepción. O risas sobre algún chiste privado. Otras veces recibes un mensaje de quien muy tímidamente quiere seguir en tu vida pero no sabe dónde situarte.

Y es que hay momentos infinitos que hacen que toda la interrupción valga la pena.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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