Anchoas y Tigretones

En un cuaderno Moleskine (1)

Escher, otra vezEncuentro estas líneas escondidas entre el olor a castañas y las hebras de lana de tu bufanda. Las transcribo por si quieres releerlas o calentarte el corazón, las ganas o la magia. Si hay errores al transcribir  perdona mi torpeza. Será la mala vista o la precipitación.

"Sé que ahora echas de menos, como yo, el silencio que crecía entre los torrentes de palabras. Después de uno de ellos, sin coherencia con lo anterior,  podría decirte, por ejemplo, que estoy leyendo Beirut, I love you de Zena El Khalil y aprendo que  la incertidumbre puede contener extrañas y rotundas formas de felicidad. Te contaría, también, que he aprendido a mirar a través de una cámara que otorga dignidad y belleza más allá del testimonio antropológico: he estado en la exposición de Ruth Mathilda Anderson y encuentro muchos enlaces con vidas que no son más que una silueta posible de lo que yo soy ahora , un compendio de vidas anteriores. Paseo por los jardines húmedos, entre flores que tiritan, y pienso que el otoño me hace siempre escribir sobre los recuerdos de otros otoños. Y sé por fin que, ahora que ya no estás, en el fondo, siempre te tuve entre estas líneas. Eres ahora parte de mis recuerdos futuros."

(Nota de la editora. Con lo fácil que era decirle que lo echaba de menos y que deseaba oir su voz…¿no habría acabado antes y evitarnos toda esta pedantería cultureta?).

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Un pensamiento en “En un cuaderno Moleskine (1)

  1. Nada sucede por acaso. Cada palabra revela un fragmento agochado de nós.
    Bicos varios, coma os premios de don Heraclio.

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