Solo ( o sólo) con azúcar
Tomábamos café juntos todas las mañanas, nada más levantarnos. Era divertido sentarse a la mesa con la legaña puesta, desparramar todas las ocurrencias mañaneras que contenía el frigorífico para, después, querer solamente tomar café. Yo lo tomaba solo y él con mucho azúcar. Me gustaban aquellos ritos: yo ponía mi tazón favorito-que tenía un dibujo de Tintín y Milú-frente a él, le colocaba también una servilleta muy dobladita y un azucarero por si quería repetir. A veces sonaba la radio y le comentaba en alto, con muy galaicas interjecciones, las noticias que iban llenando el lento desperece de la mañana. Un día me di cuenta de que aquello no era bueno. No, no tenía sentido hablarle a una fotografía recortada del Hola. Tampoco era muy sano servirle café que, como es natural, no se tomaba. Pero ahora que Kyril de Bulgaria se divorcia, creo que voy a rescatar su foto olvidada y a volver a darle el desayuno, que ya decía Arguiñano que todos los divorciados son unos malcomidos.
Si es que siempre lo he dicho. Mejor sólo que mal acompañado. Y me estoy aplicando el cuento. Bueno, cambiando el Hola por las noticias de deportes (*) y al tal Kyril éste por Scarlett.
(*) Me niego a decir Marca
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http://circuloscerrados.blogspot.com/2009/10/centros-tic-tac-tic-tac-de-la-ceja.html
GRACIAS
@nandi251: Si es que eres un sentimental…
@Capitán Clostridium : Ya te contesté por FB, pero subiré un post el fin de semana sobre algo de educación, así que meteré el tuyo también