Despertares (1)
Se volvió hacia él con mucho cuidado de no dejar caer la ceniza del cigarro que acababa de encender. Instintivamente, se cubrió los pechos con la sábana. Aspiró el humo y lo miró. Derrotado, el cuerpo desnudo del hombre era el escenario feliz de una batalla recién terminada.Exploró el espacio que había crecido entre ambos, recorrió con la vista sus paisajes más íntimos, y reconoció el olor a la suma de deseos. Se acercó y le pellizcó la nariz, en gesto de familiaridad trabajada. Cuando él abrió los ojos, soñador y satisfecho,quiso abrazarla y recomenzar la coreografía previa al amor. Mirándola intensamente, le dijo: "Creo que te quiero y sabes que me cuesta mucho hablar de sentimientos". Ella, bajó la vista, desarmada. Comprendió que no era un buen momento para decirle que, aunque llevaba días intentándolo, no conseguía recordar cómo se llamaba.