Anchoas y Tigretones

La secta de las madres militantes

Cochecito de bebeHace algunos años leí un artículo de Rosa Montero titulado "Ni coja, ni madre". Hablaba de la mirada de lástima que observaba en algunas mujeres cuando sabían que ella no tenía hijos. No puedo más que recordar este artículo esos días por varias razones. Vaya por delante que adoro los niños, los entiendo, les molo (yo creo que porque vivo en una perpetua infancia, que no postadolescencia) y me fascina su mundo. No he tenido hijos simplemente porque no ha sucedido. Tampoco soy del Atletico de Madrid, política, topmodel o millonaria decadente en una casa a las orillas del lago Como. (George Clooney, me dejé unas zapatillas de andar por casa la última vez, by the way). Una cosa es plantearse objetivos, que los quieras o desees y otra que se lleven a cabo. No tengo el dolor íntimo o el desgarro que veo en muchas mujeres que han luchado por su maternidad, que han pasado por tratamientos agresivos, duros y demoledores sin resultados halagüeños. Tampoco he vivido el laberinto burocrático de la adopción. Pero me gustan los niños, insisto. ¿Me habría gustado tenerlos? Por supuesto. ¿Lo llevo como una cruz? Pues va a ser que no. ¿Me gusta tenerlos cerca, mimarlos y esucharlos? Muchísimo. Lo que no me gusta es el "lobby" de las madres militantes, excluyentes, fardonas, que me miran con displicencia, distancia y poca fe por el hecho de no haber pasado por un parto.

De las neomadres que observo o con las que me encuentro, me preocupa, por injusto, el uso que hacen de la maternidad como arma arrojadiza. Por un lado, para reivindicar un concepto de la femineidad desde mi punto de vista absolutamente anacrónico y de pose. Por otro, para excluir y en muchos casos minusvalorar, a las que no tenemos prole.  Tampoco me gusta el uso que se está haciendo de los hijos como objeto propio, de diseño.  No entiendo poner a un hijo en un perfil de  red social,por ejemplo. No digo que no cuelgues las fotos de los críos si las quieres enseñar, cosa que me parece fantástica y super legítima (no participo de cierto grado de histerismo colectivo con una mal entendida protección al menor). Lo que no entiendo es esa negación de la propia individualidad: ¿Es tu hijo una consecuencia de ti o tú eres una consecuencia de tu hijo? Ya sé que ese vínculo es único, íntimo, perfecto y eterno. Pero yo ¿de quien soy amiga? ¿De una señora o de una señora que va pegada a su hijo? Va a ser que de las señoras, vaya, por lo menos, el roce ha hecho el cariño y no al revés.

La vida nos cambia, hace que maduremos, demos saltos hacia atrás e incluso saltos al vacío (bienvenidos sean de vez en cuando). Creo que lo fácil al leer este post será pensar que soy otra amargada revenida porque no participa del inmenso regalo de dar la vida. Los que de verdad me conozcan sabrán que no es así. Pero desde luego, nunca se me ocurriría dar la espalda, ignorar o despreciar (conmigo lo han intentado en más de una ocasión) o apoyarse en la absurda coletilla de que no entiendo ciertas cosas "claro, porque tú no tienes niños". Bueno, tampoco soy del Atlético de Madrid. Ni política, ni topmodel….

Navegación en la entrada única

9 pensamientos en “La secta de las madres militantes

  1. peñagrelo en dijo:

    Puntualizo el tema haciendo referencia a mis observaciones y sufrimientos en propia carne, sufrimientos ínfringidos por super-madres (y super-padres-machistas-me-aprovecho-de-que-la-parienta-parió-para-volver-al-neolítico) centroeruropeos.
    Hay grados. Las mujeres sin hijos son cuidadanas de segunda clase que no producen futuros contribuyentes. Pero no merecen el desprecio y la furia de las super-madres, para esos están las ciudadanas de tercera. Esas madres que optan por empezar a trabajar antes de que el churumbel cumpla los dos (¡¡¡DOS!!!) años, que apuestan por compaginar profesión y maternidad, que pasan de dar el pecho (por el motivo que sea, no hay necesidad de justificarse), que hacen uso de su derecho al ocio y a recargar las pilas, que no son felices sólo entre playmobiles y papillas. Y que quieren criar hijas que el día de mañana, por fin y de verdad, no tengan que pelearse o agachar la cabeza y seguir adelante callandito sin que se note demasiado, porque quieren ser MUJERES y no vacas, PERSONAS y no balletas de cocina, INDEPENDIENTES y no apéndices de sus hijos. Y que quizás no quieren tener hijos.

  2. Princesa Sigrid en dijo:

    Olé, Peñagrelo. Estaba deseando tu intervención porque quise referenciar tu experiencia como ravenmutter en ese neofeminismo mal entendido de llevar al crío colgando de la teta y de paso hiperventilamos de lo superguays que somos. Como mujer «de segunda categoría» he de decir que me alegro de que haya SUPERMADRES de verdad como tú, que educan a sus hijas en la libertad y el respeto. Ese es el objetivo de la maternidad, no la ostentación del catálogo de Toys R us.

  3. Robert en dijo:

    …en la carretera de Cormac McCarthy está descrita la condición de padre de forma sublime….por cierto, el lobby de las supermadres no queda muy bien parado…

  4. Carlos en dijo:

    Por suposto que ten a mesma dignidade e o mesmo dereito á vida quen ten fillos, padriños ou tataravós ca o que non. Cada un ten a súa circunstancia, e a ninguén lle corresponde arrogarse postos de privilexio.
    No entanto, sinto moita sombra nesta mensaxe. Vexo portas pechadas, e medo de as abrir.
    Bicos

  5. Yolanda en dijo:

    ¿Y tú dices que te miran por no ser madre? Pues las que lo somos y no dimos teta, somos-lo-peor-que-hay-en-el-mundo. Con mi primera hija me harté de dar explicaciones. Con el segundo, cuando me preguntaban, siempre decía que sí. Y el comentario unánime era: «Cómo se nota que toma pecho». No lo sabe bien, señora, no lo sabe bien.

  6. Da en el clavo: Tener un hijo para convertirlo en un maniquí en el que exponer el catálogo del ToysRUs

  7. Eu son home, e posiblemente as miñas emociós conscentes e incoscentes en relación ao asunto sexan totalmente diferentes ás das mulleres. Non teño fillos e nunca me apetecéu telos. Tamén a min me miran con certo aceno de pena os homes con fillos. Pero…será ilusión miña?. Moitas veces, oculto detrás de ese xesto conscente, paréceme adiviñar un inapreciable «tic», inconscente, de envexa.

  8. Seguro que mi contraria suscribiría punto por punto tus argumentos. Y es que somos unos dinkis de tomo y lomo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: