Anchoas y Tigretones

Días para comer pipas sentada en un portal

 

 Juegos de primavera

 

Para las Mondariz’girls…gracias por el fin de semana

 

Algunos anchoastigretoneros me recriminan que me esté volviendo una cursi o que me haya dado un ataque de diabetes en mis últimos posts. Como no tengo oficio de escritora, soy más caótica que mi propio fondo de armario y mi dispersión es bien conocida por mis amigos y detractores, me puedo permitir el lujo de divagar tranquilamente sobre lo que quiero…vagar y divagar. Con estos soles que nos han llegado, tardíos para la primavera, potentes y solaneros para el joven verano, me siento más placenteramente aturdida que nunca. Supongo que tengo la misma sensación que Charles Ryder cuando iba a Sudamérica a buscar el color, que Gauguin viviendo sus últimos días en archipiélagos lejanísimos o Stevenson abrazando los corales de los Mares del Sur. Mi entorno es mucho más prosaico, pero este sol que ahora nos calienta, tira de la cuerda emocional para encadenar recuerdos como diapositivas. Sandalias de verano teñidas de azul para aprovechar las de la Primera  Comunión, las primeras marcas que deja el calor en la piel dibujando una silueta que no es la nuestra sino la de una sombra evadida como la de Peter Schemill. Patines con ruedas de goma y muchas culadas. Escondite inglés hasta las nueve de la noche. Cerrar los ojos y disfrutar. De todo lo que va a llegar y que no sabemos cómo será, pero que será nuevo y sorprendente. Blanca Riestra comentaba que son días para "comer pipas y hacer el tonto sentados en un portal". No creo poder encontrar un plan mejor. O mirar las olas desde lejos. Sentir la música lejana que preconiza la llegada de san Juan, auténtica frontera del verano. Hacer el tonto. Dejarse llevar. Pasando la vida, desde lejos o desde aquí cerca. Y, como siempre, ver el fondo de tus ojos que, aunque no quieran mirarme, siempre acaban riendo al reflejarse en los míos.

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2 pensamientos en “Días para comer pipas sentada en un portal

  1. Días de inocencia, de esperar con ilusión lo que está por vernir. ¿Quién pudiera recuperar el espíritu de la primevera? Yo soy aún joven pero me desprendí (sin querer) de ese espíritu. Lo perdí como quien deja aparte las cáscaras de las pipas.

  2. de pequeño ejercía de «baby mocosete» con mis primas. Por aquel entonces era más fácil tener un cagón de verdad con el que jugar a las casitas que uno de plástico que fuera a pilas. No debatamos si eramos o no más felices. El caso es que me puse muy pero que muy enfermo, y una de mis primas, que estaba totalmente enganchada a devorar paquetes de pipas sentada en una banqueta del patio tirando las cáscaras en una maceta, prometió que dejaba de comer pipas con el único porpósito de que me pusiera bien. No ha vuelto a comer pipas, y yo, pues aqui estoy. Viviendo la primavera emocional contígo. Siempre me han gustado los girasoles. ¿por que será? Besos

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