Anchoas y Tigretones

Cerveza de jengibre, cobertizos y lacrosse

 

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Imagen sin créditos tomada de Discovering Enid Blyton en Eve.com 

Para Blanca Riestra, Lorena Pérez, Empar Fernández y Lucía Cobos por el hilo de los comentarios.

 

 

El lunes pasado he tenido un momento de revival infantil, de esos que tanto molan a mis seguidores y cabrean a mis detractores (por cierto, son Tigretones y no Phoskitos, esto va para el que cree que todo el mundo debe arrodillarse ante él). Pero en fin, egos y tonterías vacuas aparte, señalaba Blanca Riestra en la hiperverbena en que se ha convertido Facebook, que el pueblo inglés de Twyford homenajeaba a Enid Blyton, como cada segundo sábado de mayo. Enid Blyton…otro referente en la infancia de los niños sesenteros y setenteros. Aventuras en la isla de Kirrin, un tío inventor llamado Quintin, la primera niña cuasitransexual de la historia-Jorge/Georgina-y los millones de santos y señas, linternas, picnics, maletas de internado, latas de galletas y sabores a independencia que rezumaban. A pesar de las penosas traducciones-nunca entendí por qué «barbotaban» y «rezongaban» en vez de,simplemente,»exclamar» y «replicar»-qué envidia nos daban aquellas merendolas que se atizaban a todas horas en las que el sempiterno jengibre-que debe ser a Inglaterra lo que la patata a Galicia-se desdoblaba en pastelillos-cómo me gusta esta palabra-y cerveza. ¿Alguien sabe lo que es la cerveza de jengibre?. Ni flores. Pero el hecho de ser cerveza ya le daba un punto de transgresión y libertad salvaje. Julian y Dick resolvían misterios, Darell Rivers impartía justicia poética en el internado de Cornualles, el perro de los Siete Secretos dormitaba en el cobertizo de las reuniones  semanales de la pandilla y los padres no se enteraban de nada. O más bien de poco.

Los niños de Enid Blyton eran independientes, aguerridos e inteligentes. Buscaban resolver misterios o  que el malo saliese retratado en su maldad. Frente al mundo hiperperfecto de Los Hollister, con esos padres omnipresentes, los críos de la Blyton, armados de bicicleta e impermeable, hacían guardia, telefoneaban si era preciso, buscaban información en periódicos y bibliotecas, se escondían en cualquier lugar y pasaban olímpicamente de horarios y rigores. Tenían patente de corso para salir en cualquier momento a cualquier lugar. Las chicas de los internados hacían fiestas a medianoche, gastaban bromas sofisticadísimas, jugaban al lacrosse-que era una versión cuerpo a tierra del tenis-y llevaban uniformes con corbata. Y nosotros llegando a casa a las nueve como muy tarde, merendando viendo a los Hermanos Malasombra y jugando en la calle a la goma o en casa a las tabas. Que tampoco era mal plan…aunque si me diesen a elegir uno de mis muchos paraísos infantiles escogería  uno desconocido aunque largamente imaginado :aquel a medio camino entre el cobertizo de los Siete, la isla de los cinco y el internado de las Mellizas o Torres de Malory. Aunque no sé si me cabrían en la mochila todos los pastelillos, jengibres y sandwiches que me gustaría compartir con aquellos niños poco niños, aquellos personajes imposibles que en su anárquica singularidad hicieron de nosotros unos soñadores sin bicicleta ni cortaplumas, sin salidas nocturnas ni indagaciones, pero con mucho, mucho tiempo por la tarde para leer y disfrutar con pan y chorizo, con chocolate y plátano o algún que otro moderno con bollycao. Hay cosas que, de cambiar, deberían de cambiar hacia atrás.

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12 pensamientos en “Cerveza de jengibre, cobertizos y lacrosse

  1. Carlos en dijo:

    A cervexa de xenxibre é unha bebida gasosa, elaborada, evidentemente, co rizoma citado, que ten un certo parecido coa cervexa. Pode encontrarse en tendas de dietética.
    A min, persoalmente, gústame máis a cervexa, e ás miñas fillas tamén. Cen ollos sobre un vaso poden ser poucos, na súa infantil presenza.
    Bicos

  2. Robert en dijo:

    Si hay algo que recuerdo con asco de mi infancia son los libros de Enyd Blyton, de todas formas hoy todo da asco, ha muerto Antonio Vega.
    Ahora que lo pienso, la familia que me repateaba eran los Hollister…tenia un monton de libros de esos cursis que me regalaba mi tia fea, yo tenia dos tias, una guapa y una fea, la guapa jamas me regalaba nada. Puto dia asqueroso el de hoy.

  3. Robert en dijo:

    …lo siento por el comentario negativo anterior, he acabado de leer el post y me han entrado ganas de volver a leer a Enyd Blyton…doctor qué me pasa?

  4. Belen Belen en dijo:

    ay que nostalgia virgen santa!!!!!!! …debo confesar que me escapé de casa recien cumplidos los 11 dejando una nota a mis padres donde les avisaba que iba a conocer mundo y que no se preocuparan por mi…en el atillo, mi vestido nuevo y un libro de los cinco (me sentía acompañada!!!)…ni que decir tiene que a las 5 horas ya estaba arrepentidísima y afortunadamente me entregué en Santiago, después de 22 kilómetros de caminata y meditación!!!!

  5. Fijate, todos los recuerdos que tengo asociados a la lectura de mi niñez me llevan a una amiga (una de las que están en mi maleta). Y es que ella era mi biblioteca. Reconozco que yo leía más a Los Hollister que a Los Cinco. Me encantaba los tebeos de Esther, Flash Gordon.
    Y jugar a las cartas de las familias: la esquimal, tirolesa, arabe, mexicana, china, bantú e india (el padre, madre, abuelo, abuela, hijo e hija). ¡Qué gran alegría y sorpresa me llevé hace unos meses cuando las ví de nuevo a la venta!. Por supuesto las compré

  6. Yolanda en dijo:

    Reeditaron en un volumen los cinco libros de Torres de Malory. Lo estoy leyendo. Delicioso… Darrel y Guendoline siguen ahí.

  7. ¡Qué meriendas aquellas! Y yo me pregunto:¿Saben los chicos de ahora disfrutar de la lectura? O, ¿estarán totalmente sustituidos esos libros mágicos por mandos a distancias de televisores y videoconsolas?

  8. Princesa Sigrid en dijo:

    Carlos: coidado coas túas fillas, eu empecei así, pouquiño a pouquiño, groliño a groliño, e agora son unha das máis grandes benefactoras da empresa Estrella de Galicia…
    Maripifor, Yolanda: ¿A que mola releerlos ahora? maripifor, ya hablaremos tú y yo, que te veo muy melancólica y a ese blog tuyo hay que darle un empujón…
    Belén: ¡siempre dando guerra, hija!
    Capitán Clostridium: me alegro tanto tanto de tenerte por aquí que no puedo más que exclamar «¡Oh, Capitán, mi Capitán»!
    Robert: El post de Antonio Vega es para ti. Sabes que estás siempre en mis líneas.

  9. Buenos días, «principessa» -leáse en italiano, por favor-
    Más encantado estoy yo de estar por aquí.

  10. Empar F en dijo:

    He encontrado tu texto por casualidad y me ha permitido encontrarle su gracia a esto del facebook. Recuerdo perfectamente el hilo «revival», saludos a las colegas del hilo de nostalgia y a las ex-lectoras de Enid Blyton que somos legión.

  11. Pingback: Feliz o normal « Anchoas y Tigretones

  12. Pingback: Lectura, erudición (X) : las bibliotecas que nunca tuvimos | Anchoas y Tigretones

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