Todo sobre mi padre (redacción de colegio para el Día del Padre)
Yo tenía tres años y varicela. Con los ojos llorosos y un sarpullido brutal me quedé en la cama. Mi padre llegó de la calle. Traía la gabardina rezumando agua y un camión de juguete con vaquitas en la mano. Había salido tarde, muy tarde, de trabajar y no había encontrado nada abierto para llevarle a su niña. Encontró uno de aquellos míticos carritos de chilindradas y golosinas en el que compró el camión. Las vaquitas eran preciosas. Duraron más que mi enfermedad, por fortuna. Y todavía, de vez en cuando, aparecía alguna en un rincón perdido de la memoria y el lugar de mis juegos de niña.
Sí, mi infancia no es tal sin mi padre. El alentó siempre todas mis fantasías. Me contaba que hablaba por las mañanas con "lindo pulgoso"-que no era un dibujo animado, era de verdad y vivía en Los Cantones-no me sacó del error de creer que el jamón york salía de la lengua de los perros y me llevó al circo a ver un elefante. Me compraba tebeos porque era fan de Pepe Gotera y le extrañaba que me gustase tanto leer. Se tragó conmigo capítulos enteros de "La casa de la Pradera "y no dejaba que se hablase de Gina Lollobrigida-"una advenediza"- en su presencia porque él era de la Loren, "de siempre". Era el rey de mis amigos: nos enseñaba a dar volteretas en la piscina, nos hizo a Paula y a mí unas cunitas preciosas de madera para la Barriguitas y canta "Chiquitita" pasando el aspirador los domingos. Tiene rizos y de pequeño era idéntico a Freddy Bartholomew. Ahora es el clon de Alberto Sordi.
Me enseñó a usar bien los cubiertos, a comportarme en el cine-creo que mi pasión por las pelis la heredé de él-me dejaba comprarme discos contra la idea de mi madre de que era más barato escuchar la radio,no me riñe por fumar a pesar de ser exfumador desde hace casi 40 años y comprende perfectamente que en mi mundo convivan todo tipo de paisajes. Ha estado siempre a mi lado en los momentos duros, duros de verdad y no ha hecho preguntas incómodas ni justificaciones absurdas. Tiene una desmedida e increíble fe en mis capacidades, tanto intelectuales como personales. Le encantan la ópera y Elvis Presley. Me enseñó matemáticas, a hacer nudos de corbata y usa colonia Atkinsons. Ese olor es parte de mi vida, podría encontrar a mi padre en cualquier lugar, cerrando los ojos y siguiendo el rastro por el pasillo de casa, oyendo sus pasos en las escaleras y el tintineo de sus llaves en la puerta…
Mi padre es la fuerza de la fragilidad. Cuando a mi madre le diagnosticaron el cáncer, temí más por mi padre que por ella, tengo que confesarlo. Pero él realizó el acto de amor más hermoso que he visto jamás. Mi madre empezó a perder el pelo y papá no quiso que ella pasase por el trauma de raparse al cero en una peluquería a la vista de todos. Le cortó él mismo el pelo. Y le daba besos en la cabeza diciéndole "hola, coquito". Se reveló como un auténtico crack. Y un silencioso pero perseverante compañero. Y creo que no me enamoraré nunca más hasta que alguien no me quiera a mí así.
Y este post, que más que post parece una redacción del colegio, va para mi padre que ha visto tantas veces Capitanes Intrépidos que se la sabe de memoria. Y nos sigue cayendo fatal Lou el largo cada vez que la vemos…