Quiero trabajar en la revista Cuore
Decía el otro día la neoiorkina sen solución-también conocida como Concubina en otros foros-que, de volver a escoger profesión, le gustaría ser espía. Yo, cuando era pequeña, quería ser, en esos arranques místicos catequísticos de niña bien, monja e indio. Pensaba que ser indio, los de las películas, era una profesión.Y molaba llevar trenzas y vivir en un tipi, dulce tipi, hablando en infinitivo. Y tener nombres preciosos como "Flecha rota" o "Toro sentado". Años más tarde me fui a vivir a los USA de verdad, no el de las pelis, y la visión de las reservas y todo la militancia antiacción de gracias me hicieron salir de mi error. Qué lástima tan grande el hacerse mayor. Peste de mundo real y cruel.
A mí me habría gustado tener una vocación real. De esas de jugar en el parque a los médicos, con perdón, y acabar siendo prestigiosa neurocirujana en el Cedars Sinai o algo por el estilo. O llegar a ganar el Nobel de Literatura y que en un programa de corazón de por las tardes-porque ya los Nobel son como los Oscars, pasto seudoglamuroso de programa vespertino-saliese una vecina mía de la infancia, en curioso accidente hagiográfico, enseñando mis primeros cuentecitos, con caligrafía cimbreante y arrejuntados con anillas Apli. O que ya arreglando la lavadora y los transistores de mi casa se me viese el pelo de la dehesa de ser ingeniera de telecomunicaciones. Pero no. Soy filóloga por formación, afición y accidente, pero no auténtica vocación. Derivé en documentalista por gusto y por reafirmar mi nula querencia a ejercer de docente toda mi vida. Pero ahora que la vida está dura, que la Universidad preBolonia es una entelequia que muchos no comprendemos, me gustaría reflexionar un poco sobre una profesión olvidada pero magnífica, que me habría gustado ejercer. Es la categoría de piefotista. Entendámonos.Siempre quise trabajar en "Hola!". Pero no quiero hacer sentidas e íntimas entrevistas como las de Tico Medina o coordinadora como Nati Abascal de reportajes en la Mamounia de Marruecos, no. Yo lo que quiero es escribir los pies de foto.
Escribir pies de foto tiene su aquel. Recuerdo en una epidemia de gripe de esas gordísimas, el de una foto de "El País". Salía un pavo sonándose con expresión poco delicada y decía el pie :"Español afectado por la gripe". Qué bonito. Qué pasión tan inútil la del piefotista. Y además hay que ser un cínico reconvertido. ¿Cómo alguien puede decir en serio que Estefanía de Mónaco está descansando? ¿Cómo se puede hablar de la espectacular figura de algunas presentadoras televisivas que no la tienen? ¿Y neutralizar el shock de la visión de los pantalones con paramecios de Marichalar, diciendo, por ejemplo "atrevido atuendo del Duque de Lugo? ". Eso es una profesión arriesgada y no lo que hace el marido de Kalina de Bulgaria (por cierto, ¿llegó alguna vez a algún destino en esas balsas tan cool que diseña?). Te arriesgas al desprecio, a la burla, a la desconsideración ante tu trabajo. Porque claro, mola mazo ser nene periodistilla contestatario y descubrir, por ejemplo, el Watergate…sí, claro, chollas y te llevas todo el mérito. Pero ¿Y el pobre piefotista que ha estado ahí dando el callo en esas bodas belenestebánicas, en esas notas de sociedad en blanco y negro donde sale cada talludita con delgadito(modelo Concha y Mariano de Forges), con su callada labor, sin reir, sin ver la luz del sol ni siquiera viendo reconocida la propiedad intelectual de su piefotismo?. No hay derecho, caramba.
Reivindico la creación de la categoría profesional del piefotista. Voy a mandar mi curriculum a Cuore, que es la única publicación española que tiene la decencia de dejar que los piefotistas sean los reyes del mambo. Esos "¡arggggg!" ,esos "¡vaya celulitis!", hacen que las revistas del corazón como género literario tengan un antes y un después. Muchos la critican por humanizar (humano, demasiado humano) a algunos famosos y starlettes (impagables las imágenes de Inés Sastre hurgándose la nariz) pero…además de reconfortar es divertida, con desparpajo, salen famosos reales y no pailanas camufladas y regala chapitas. ¿Qué mas se puede pedir por un escaso euro con cincuenta?. Algo que es ya un clamor popular:
SEÑORES DE LA REVISTA CUORE: ¡CONTRÁTENMEEEEEEEEEEEEE!!!!! No les defraudaré,lo prometo. Seré mala, muy mala, con los malos y buena, muy buena con los buenos. Tengo mala baba, imaginación (creo) y algunos detractores en la red. Quiero trabajar ahí, por favor, por favor, por favor….