Escaparates y cadáveres exquisitos
Soy una irredenta fan de los escaparates que alguna gente considera casposos. Yo creo que ahí se ve, en realidad, la voluntad de estilo de los comerciantes y la fidelidad del público. En Marineda había un local en el antiguo mercado de la Plaza de Lugo que anunciaba "Sardinas fresquísimas" las mismas, en la misma caja, todo mi BUP y mi COU (Lo siento, Sil, no soy de la LOGSE, qué le vamos a hacer). La mercería Elvira, en san Agustín, solucionó en cinco minutos sus problemas con un inoportuno hundimiento de tejado poniendo en el escaparate la siguiente aclaración "Se nos cayó el techo, estamos en obras, pero despachamos igual". O petiño é o petiño. Por no hablar de las recomendaciones magniíficas de "La casa de las zapatillas" en Panaderas. Son lugares de los que al final acabas hablando. El otro día le prometí a alguien a quien quiero mucho un tour por mis locales favoritos, incluyendo a la señora Conchita que te da todas las necrológicas del barrio en cinco minutos mientras sigue calcetando los chales que vende…y que coloca en el escaparate con un curioso sentido del Arte Povera. Por eso este post forma parte de la etiqueta Lugares sin encanto…pero que molan. Como el cutrekiosko en el que un señor de cerca de ochenta años, se quitó el sombrero para dejarme pasar, "porque él siempre cedía el paso a las mujeres bellas"…claro que en el escaparate convivían las revistas más guarras con el ABC. Esta foto es que me encanta. Si el letrero de "Uniformes de carmelitas" estuviese más a la derecha o a la izquierda, no sé si le quitaría morbo al asunto. Lo mejor de todo es que tampoco es nada del otro mundo la ropa interior del escaparate: ni una tachuelita, ni un mal cilicio, ni una velita para acompañar alguna coreografía…pero hasta la dejadez en el diseño del cartel me pone, caray. Es como que todo ya está tan dicho, tan claro que para qué nos vamos a andar con rodeos…No sé si me influye el hecho de que este fin de semana vi Jesucristo Superstar pero este aggiornamento de los modelitos colegiales me parece fascinante. Atención al careto de la vaca de trapo. Al loro con el maniquí niño que yo pensé que estaban prohibidos por la OMS. Joé para las Carmelitas, en las Jesuitinas el uniforme era por la rodilla…
Para Paco, alias Flavio, que además de regalarme su tiempo y muchos libros, siempre se ríe conmigo y me proporciona fotos como esta. Además de ser un erotómano sibarita alentado por una Morgana de pelo rubio…os quiero a los dos…muac!!!!