Anchoas y Tigretones

Cuentos troquelados, lecturas y meriendas

Mariuca, la castañeraEl martes pasado, paseando por una de mis calles favoritas de Marineda, me encontré una sorpresa agradable. Vuelven a editarse los cuentos troquelados. No pude resistirme y me compré una reedición de uno de los cuentos que recuerdo con mayor nitidez de mi infancia más "terremota": Mariuca, la castañera. Dibujos de Ferrándiz, que como me pasaba con Hanna Barbera nunca sabré si es un hombre, una mujer, dos señoras estupendas o un cronopio, aunque me da igual. Abro el cuento. Con los hombros cargados de años y ficciones complicadas, la ternura y el olor de este papel, el pijamita que se pone Mariuca, las caritas de los niños que compran  boniatos, la bronca de la dueña del puesto de castañas me conmueven tanto, tanto, que quiero no haberlo leído nunca para leerlo por primera vez. Viajes en la memoria, de meriendas con mortadela, de Nocilla los días de guardar, de programaciones infantiles en las que aprendías a hacer un muñeco con el rollo de cartón del papel higiénico, de Luis Ricardo cantidubidubidubi, cantidubidubida…y de tardes enteras con Stevenson, Salgari, Poe, Louise May Alcott, Walter  Scott  y la inevitable Enid Blyton. Todos mis libros y mis cuentos de aquella época tienen manchas de chocolate y huelen a Mirinda. A los hermanos Malasombra. A Ivanhoe. Pero todo empezó con los troquelados, con las mariquitas recortables, con los discos Dulcigel y la Flagolosina flá. Y parecía lógico generar un hambre de ficción y de lecturas, de seguir los pasos de Arturo, de llegar a Thule, de aceptar el peinado imposible del Príncipe Valiente, de recorrer los Mares del Sur, de la isla de Kirrin y la mítica cerveza de jengibre. Pensionados, internados donde se vivían fiestas de medianoche. Y se jugaba al lacrosse.

Y luego llegó Macondo, el condado de nombre imposible de Faulkner, el sur de Twain, la casa Usher., la Venecia de Thomas Mann, Región y Barcelona. Pero todo empezó ahí. En la capacidad de emoción de una breve historia. A pesar de la moralina que aprecio con mis tristes ojos de adulta. Porque por desgracia, nunca, nunca más volveré a leer Mariuca, la castañera por primera vez.

P.D.Más adelante mi madre me castigó por gastarme 125 pesetas en un single de Miguel Bosé (Super, Superman. Qué buen criterio tiene esta mujer).

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12 pensamientos en “Cuentos troquelados, lecturas y meriendas

  1. Eh…compañera!!! Todos los días es la primera vez, todos los días inauguramos una historia, todos los días tenemos la oportunidad de leer, imaginar, conocer a personas nuevas, empezar un proyecto, poner punto final a tediosas relaciones…el pasado lo construyes cada día y el de la infancia no deberíamos tenerlo tan mitificado, es una manera de despreciar el presente muy cruel, no sé, además creo que la mayoría no hemos tenido esas infancias paradisíacas y recordamos tambien muy malos momentos. Yo creo que con tu belleza sin fin, my princess, deberías darte un empujoncito y salir a la pasarela otra vez. Beso.

  2. Princesa Sigrid en dijo:

    A ver Ana: Yo tengo la muy mala suerte de tener una extraordinaria memoria. Excepcional para lo bueno. Y, la verdad, no me lamento ni pido perdón por tener un recuerdo emocionado de primeras lecturas. Y sí, también leí a Dickens, tengo ojos en la cara, sensibilidad en el cuerpo y he visto y he sentido infancias desgraciadas, de hecho las sigo viendo, incluso en entornos más o menos estables. Pero hablo de emoción, de alegría, de primera vez…y en mi caso el recuerdo es estupendo. Y lo de la pasarela…eso con cañitas delante en el Hipolito lo hablamos. Muac!!!!

  3. Ei…esto tengo que contártelo, ¡¡¡es el colmo del/a bibliotecario/a…acabo de atender a una alumna que literalmente se llama Teresa del Préstamo ¿puedes creértelo princesita? Te lo contaré por extenso cuando fijes fecha y lugar para una suculenta y picantona cenita. Me ha dicho el cronopio que hoy te examinas, espero que todo haya salido bien y aún tengamos más cosas que celebrar.

  4. ¿Podrías decírme quién ha editado de nuevo los cuentos de Ferrándiz?. Se que guardaba el original de Mariuca La Castañera de mi infancia y no lo encuentro, con unos cuantos cambios de vivienda y de ciudad he debido perderlo. Gracias

  5. Princesa Sigrid en dijo:

    Hola Amalia, te prometo que esta noche al llegar a casa te mando la referencia completa. A mí me pasó lo mismo, lo perdí y ahora tengo la neocolección completita…gracias por pasar por aquí

  6. otramariaja en dijo:

    Por favor, si fuerais tan amables de decirme a mí también dónde encontrar los cuentos troquelados de Ferrándiz. Llevan muchos recuerdos míos dentro.
    Gracias

  7. Por favor, a mi también me encantaria poderlos comprar de nuevo. Forman parte de mi infancia, tengo una hija para la que los he buscado y nunca he conseguido encontrarlos.Muchas gracias

  8. Cila en dijo:

    Hola! mi madre guarda muchos recuerdos de su cuento favorito de pequeña, el de la castañera. Por favor, me podrías decir quién lo edita ahora o donde lo encontraste para poder regalárselo?
    Muchísimas gracias

  9. Carmen en dijo:

    Los cuentos los vuelve a editar Planeta DeAgostini. Está en el quiosco la primera entrega: «La ratita presumida». Y le sigue «Maripila en biscuter», o tros. Esta mañana acabo de comprarle la ratita a mi hija. Es muy emocionante, por todas las razones que habéis comentado, reencont(r)arnos (con) la infancia. Un saludo, cuarentañeras en adelante.

  10. Carmen en dijo:

    Los cuentos los vuelve a editar Planeta DeAgostini. Está en el quiosco la primera entrega: «La ratita presumida». Y le sigue «Maripila en biscuter», o tros. Esta mañana acabo de comprarle la ratita a mi hija. Es muy emocionante, por todas las razones que habéis comentado, reencont(r)arnos (con) la infancia. Un saludo, cuarentañeras en adelante.

  11. Ramon Segarra en dijo:

    Hola, ami también me ha gustado saber que se volvían a editar los cuentos troquelados de Ferrandiz, de pequeño tenia unos cuántos, actualmente conservo el del Urbano Ramón con su silbato original y todo, también tengo unos cuantos de en Patufet en catalán, que entre los sesentas y sententas fueron muy populares en Cataluña. A mí los cuentos troquelados me transportan a la infancia pero ahora simplemente me gusta ojearlos de vez en cuando y apreciar las ilustraciones y la inocencia con que están escritos. Abrazos a quien me lea.

  12. Princesa Sigrid en dijo:

    Hola Ramón, qué suerte que tengas el de Urbano, era precioso. Yo me los estoy volviendo a comprar todos y me pasa como a ti, disfruto un montón de esa inocencia… Gracias por pasarte por esta casa a la que estás cordialmente invitado siempre.

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