Inventar el amor
Para Fernando Plata, que siempre ha estado enamorado del amor.
En este otoño raro, de calores tardíos, ya he comentado que el alma me tiembla de escalofríos y el sudor me cae por encima del flequillo. Veo parejas besándose por el parque con la manga corta y las bolsas de Berskha de las que salen plumíferos o chubasqueros, jerseys gordísimos de cuellos imposibles de meter debajo de un abrigo o sandalias de lluvia, que es una categoría que existe. Gran paradoja : compramos lo que no necesitamos pero que hay que tener porque es la temporada, es de recibo, es lo que toca.
Para algunos, toca alguna vez enamorarse. Y digo toca porque hay un poco de planeado : me enamoro, me caso, tengo hijos, firmo mi hipoteca (hazlo a interés fijo, criatura, believe me), echo barriga y acabo viendo "Gran Hermano" aletargado en el sillón. Es lo que toca, es lo que hay. Frente a esto, están los vividores de grandes pasiones. El amor fou, que llega, se lleva absolutamente todo por delante, dignidad incluida,pero te proporciona un viaje de montaña rusa que merece la pena, muy a pesar de las lágrimas, de las discusiones, de la inoportunidad, del sonrojo posterior. Vale la pena. A pesar de todo.Y a esperar a que confluyan de nuevo los planetas, a que pase ese Halley devastador y gozoso… porque lo demás es ruido. Mientras tanto nos lamemos las heridas y juramos que nunca, nunca más pasaremos por ahí…
¿Qué sería de nosotros si pudiésemos diseñar nuestra propia historia, nuestra propia pasión? ¿Cómo sería el dibujar la silueta del cuerpo soñado, entrever realmente el escorzo del deseo con las persianas suavemente echadas, el idear el grito de placer o de asombro ante la visión del otro sabiendo que va a suceder?. Me gusta mucho Mary Shelley, pero no me refiero al espíritu romántico de brindar al sol creando nuestro propio sosias, aunque sea un monstruo. Aunque pueda proporcionarnos placer. Pero hay algo de hermoso en la proyección de una historia que no pueda sorprendernos porque la hemos besado línea a línea, la hemos acariciado en nuestra imaginación plano a plano y tiene absolutamente todos los ingredientes propios del erotismo culinario, aquel que tanto entusiasmaba a Pavese. Tener una paleta en la que la sensualidad, la música callada del deseo y la fuerza de dos cuerpos atados pinten sus propias escenas, por sí mismas, solamente, es jugar a ser Dios. Lo malo es que la imaginación, la loca de la casa, nos crea unos monstruos, y a la vez unos dioses, que hay que alimentar. Y son unos absolutos tragaldabas. Y se llevan por delante la cordura, la coherencia y la sensatez más básica. Y hacen que algunos se hagan daño físico porque su daño moral es tan hondo, tan profundo y devastador que no conciben el uno sin el otro. Y escriben esa historia, en un pequeño cuaderno negro de bordes rojizos. Y lo esconden. Y cuentan su verdad según la han vivido en su propia proyección privada. Porque soñar, imaginar, escribir, hacer el amor, acariciar y adorar aunque sea el espacio vacío de una ausencia, es gratis. Y es lo único que sostiene el mundo. Y nadie ni nada podrá quitarnos nuestro propio espacio para la fábula. Y que vivan los amores excesivos y las mujeres que los inventan.
Lectura recomendada : Mal de piedras de Milena Agus: Lo que he escrito aquí arriba no es una reseña, Dios me libre, es la conclusión exacta de esta lectura. Gracias a Bego que me dijo que me encantaría, como así ha sido. Y repito: vivan las mujeres excesivas. Cronopia, Ana, esto va por vosotras. Os quiero.
Banda sonora para esa lectura: " You know I’m not good" de Amy Winehouse
Lo siento princesa, he caído, me he enamorado perdidamente, otra vez, a sabiendas de que la maldición de ser correspondida va a hacer de las suyas. Vuelta a empezar, a desenamorarse toca ¿no? ¡¡¡¡dios!!!! ¿ha merecido la pena sólo por unas pocas horas de felicidad? Pues sí, me digo, pues sí, me dicen lxs que parecen quererme mirando estos ojos míos naufragando todo el día…y tu…¿que me dices princesa?…si, ya, frívolamente, con unas cervezas en fácil hablar, pero luego vienen los monstruos, esos que han creado sin saberlos nuestras madres o nuestros catecismos. ¡a la mierda! disfruta, princesa, déjate de lágrimas, o si lloras que sea de placer, no dejes morir el recuerdo y no conviertas lo que fue una preciosa historia de amor en un guión de una tragedia que no escribirás nunca. Y déjate de consensuar, de compartir, de comunicar, de dialogar…ya lo dijo García Márquez y tú debías de saberlo…»los problemas, la mayor parte de las veces aparece cuando se habla de ellos». Y escribe, en estos momentos todo lo que sale de tu mano es auténtica poesía, escribe, escribe, escribe…yo abrí una cuenta que ya no recuerdo en un rincon de este maravilloso espacio virtual y dejé por ahí muchos versos…algunos, para no perderlos de todo los dejé en algunos blogs de desconocidos…a veces voy a rescatarlos y revivo la pasión de aquellos días. Mereció la pena. Siempre merece la pena el amor.
Schiele pensaba en nosotras cuando pintaba…seguro…pura pasión discolada.
Alguien a quien quiero mucho, pero mucho, y que está viviendo un amor pasión absoluto ha recibido esta recomendación de mí: «Vive». Vivir implica mojarse hasta el infinito y más allá. Schiele era el megacrack de la pintura atormentada, en dura competencia con Bacon y Freud (el nietísimo).
Gracias princesa, el mundo gira gracias a la pasión y a los espíritus libres como el tuyo. Ya alguien en el siglo XVII (y era, cómo no, una mujer) escribió este verso:
Con el dolor de la mortal herida,
de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.
Toda en el mal el alma divertida,
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertes a una vida.
Y cuando, al golpe de uno y otro tiro
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro,
No sé con qué destino prodigioso
volví a mi acuerdo y dije: qué me admiro?
Quién en amor ha sido más dichoso?
Pasamos coas mans sobre a lúa.
Non me querías e eu non te quería:
sen nos querermos
esixímonos un lugar de privilexio
sobre cada universo que nos xurdiu da carencia.
Hoxe vivo grazas a aquela distancia,
encóntrome sobre o seu cadáver
e sobre un vidro que devolveu o mar
logo de converter en beleza
o gume penetrante do seu brillo.
Variante textual:
No comentario 5, segundo verso, tamén pode lerse ‘Non te querías e eu non me quería’. Seguramente o mecanógrafo andaría un pouco despistado ou na nube, porque ese erro ao autor dificilmente lle escapa. A lección proposta agora dálle ao poema claridade, expresión e profundidade.
Bicos, miña princesa e o seu público.
El amor es como una pastilla efervescente, hay un momento en que dejan de salir burbujas, aunque permanezcan las esencias de las mismas en el recipiente.
El cuerpo, la mente, o que se que, de cuando en vez, te crea esa necesidad en el momento mas insospechado e imprevisible y tienes que recurrir a la inmersión. Es como ver pasar un tren en el que te subes o te subes. No hay opción. Tu no decides nada, y si crees que estas decidiendo, entonces es un engaño. Ya tendriamos que llamarle de otras maneras.
Así que ya sabes, cógete un vaso mediano de agua, «medio-llénalo», deposita una de esas pastillas de imaginación desbordante y a disfrutar, mientras duren las burbujas. También sirve hacerlo con botella de cava o incluso con cerveza, pero queda menos elegante, y hoy hemos decidido ser glamurosos de la hostia, porque tú lo vales.
Existe tambien la versión gominolas, para gente que no consume drogas ni alcohol, aunque los efectos son infinitamente más suaves.
…hasta que dure el cosquilleo
besos
Carlos, encántanme as variantes textuais e os anacolutos.Hoxe estou un pouco máis gamberra que o día que escribín o post, polo que teño na memoria o que recolle Francisco Rico en «Breve biblioteca de autores españoles», que aparece como erro, pero eu penso que é variante: La marquesa frunció el ceño. Xa podes imaxinar o que o erotómano copista escribiu en vez de ceño. Qué bonito…En serio, grazas mil, polo comentario e polos bicos. Tomo nota…
Nexus, que voy a decir…me dejas siempre sin palabras. Nos metemos los dos en estos «intrincados vericuetos» de la teorización pasional o romántica y al final así me luce a mí el tinte…pero como le decía a Carlitos, hoy estoy gamberra y me acuerdo de lo que decía una amiga de que «la pasión dura lo que dura dura» que, además de ser una bonita figura retórica, es una verdad como un templo. Y ahora viene la pregunta: gominola, efervescencia, mediolleno o mediovacío…¿981….? 😀