And the band played on…

1.-Vivimos de milagro. Esperando tener una hora de radio divertida muerde la realidad de las noticias. Barajas. Accidente aéreo. Primero son siete muertos, la tarde, los minutos, las horas, devoran espacios y añaden números sin rostro, en el medio de la confusión. Son más de 150. Un mensaje subtitulado a las 7 de la mañana en Tele5 agota esperanzas de un mal sueño. Vidas truncadas. En la pálida soledad de los segundos, la parca está siempre agazapada. Yo no los conocía, pero leo nombres, apellidos asociados en un link imposible a 150 situaciones diferentes. Los que disfrutarían de quince, diez o veinte días de vacaciones, el bebé que estaría inquieto en ese tubo raro, raro que es la cabina de un avión, la novia que enviaría SMS a su novio para decirle que se estaban retrasando, el personal de vuelo haciendo su trabajo…y algunos en el aeropuerto sin embarcar por overbooking, respirando horrorizados ante la explosión y todos, todos preguntándose qué invisible música hace que no hayamos estado allí. Por qué unos sí y otros no. El azar.
2.- Sí, es todo azar. Por qué yo no soy irakí. Por qué me olvido casi todos los días que existen Afganistán, Georgia, o paso la página del periódico porque me saben totalmente resesos los datos sobre conflictos armados y no tengo consciencia de estar leyendo algo nuevo. Por qué veo noticias sobre hambrunas en Africa y no me sobrecoge poder ir al supermercado y comprar lo que me dé la gana, preocupándome de conservantes y triglicéridos. Por qué soy una mujer sin burka y leer, escribir y buscar en Google no son actos subversivos. Puro azar.
Por favor, que no haya espectáculos televisivos entrevistando a los primos de los vecinos de los tíos de los que se quedaron en tierra y de los que fallecieron en el accidente. Respetemos y cuidemos el dolor. No el olvido.
Aínda así, hai algo que me fascina da morte, de cruzar a porta. A luz sen peso, o infinito, a viaxe insondábel. Quizabes a nosa psique non poida vivir conscientemente a separación do corpo, mais o feixe de enerxía que se une para producir un ser humano prosegue o seu camiño para sempre.
Antes de nada: gracias por pasarte por mi blog y gracias por tus palabras. Investigaré sobre esas mezclas perversas.
Me ha gustado mucho lo escrito en este post. Es una gran pena, pero es así.
No recuerdo dónde lo vi ni quién lo decía, era algo así: en estas cosas solemos fijarnos en los políticos, quedarnos con los nombres de los terrortistas, hablar de los culpables y al final olvidamos siempre las víctimas… En fin, una pena.
Un abrazo.
Uno se pone a pensar en todo eso y se le pone el corazón pequeñito.Te entran ganas de empezar a correr y hacer todas esas cosas que has ido posponiendo, porque «hay tiempo», Siempre habrá tiempo, pero un dia el tiempo se acaba. Y no nos damos acostumbrado a vivir con eso. Eso es lo que puede relativizar todo si realmente fuesemos conscientes de lo efimero que es todo, en el fondo.
Sobrecoge el accidente, y sobrecoge sobre todo porque es cercano, porque la información nos invade a diestro y siniestro. Y a veces uno se pregunta si es lícito «apagar». Porque tambien sobrecogen otras muchas cosas, no tan cercanas, de las que apenas tenemos información. Pero debe ser verdad aquello de «ojos que no ven….». Y supongo que andar todo el día sobrecogidos no es rentable para una sociedad de consumo, al fin y al cabo. Quizás debamos posicionarnos en el lado opuesto. Demos gracias por haber sobrevivido a las posibilidades estadísticas de estar en medio de una lista, o lo que es peor, tener que ir a constatar que alguien, aquien que conocemos, que queremos, que forma parte de nuestra vida, está en esa lista.
Que duro es vivir con dolor, el dolor de la ausencia.
…y como terminaba aquella pelicula de futuro incierto:
– Lástima que ella no pueda vivir, pero ¿quien vive?
unha aperta
Chicos todos (Carlos, Sr. Negro, Lu): El dolor no siempre es catártico. A veces es un constante compañero de viaje. En algunas ocasiones sólo acompaña, en otras nos señala, las peores veces nos pellizca el alma para que sepamos que sigue ahí. Morir en vida es lo peor. Por eso me alegro tanto de poder teclear ahora mismo, de acordarme de los muertos de mi despertador todas las mañanas, de disfrutar de mi café… en fin, de todo lo que puedo. Aunque a veces me pase por delante todo esto y no lo reconozca
Me pasa que el corazón se me pone pequeñito (como dice Lu) por el inimaginable sufrimiento de los que se han quedado atrás. Porque, si puedo elegir, prefiero ir yo en el avión a que vaya mi hija. Porque soy egoísta, supongo, y no sé recuperarme de ciertas cosas y cuando alguien se me ha ido, yo me he muerto un poco. Y porque hay lágrimas que no dejan de verterse jamás y el tiempo no lo cura todo… Y los sueños, y proyectos, y esperanzas se me hacen un nudo en el alma cuando me asomo a la posibilidad de que un día me toque ser esa madre, esa novia, esa amiga…
porque has ido a NY este verano y no hace diez cuando yo te buscaba por central park?
porque sólo puedo disfrutar de tu belleza en la distancia y de tus palabras en el silencio?
donde estoy tengo todo el tiempo del mundo para esperarte y aunque deseo que apse mucho tiempo merecerá la pena