Volveré a intentarlo. Ahí va, sin red… Pues muy bien, que sepas que me gusta tu blog, y dentro de él, tu perfil enmarcado en el pequeño espacio de una baldosa porque me sugiere el mosaico completo de lo que esconde. Pero también me gustan tus razones para escribir este blog; tus “poderosas razones” o, si prefieres, tu declaración de principios. Mejor dicho, creo que es el principio de tu declaración de principios, por más que pretendas ocultarte tras esa sugerente “Lolita” que corona la cabecera de tu bloc con mirada traviesa, tacones cercanos, un dedo en los labios y un libro en las manos. Te diré que soy poco amigo de navegar por las aguas “porcelanosas” de la informática. Y es que mis manos prefieren sostener el “Ars Amandi” de Ovidio en unas tablas de arcilla o escribir poemas en la piel de alguien que no siempre me dará la espalda. Pero lo importante es escribir, donde sea, ya que es la manera más pornográfica que conozco de desnudar el cuerpo y de vestir el alma. ¡Ánimo, pues, querida amiga! Que los vientos te sean propicios y las olas favorables en tu navegación por los peligrosos mares de la escritura. Y no olvides que en este puerto-refugio siempre encontrarás un “estibador portuario”, como acertada y recientemente me definió una sirena varada en una de mis orillas.
Si marcas un punto de partida
y regresas a ese punto,
sabrás que el círculo es un punto
que se encontró a si mismo
y que la eternidad es un camino
que tiene el largo de tus pies.
Si el mar está boca arriba o boca abajo;
Si el abismo fue un cielo que cayó de espaldas
o el cielo es otro abismo que viene cayendo
boca abajo
para ti el mar
será un diluvio que alcanzó la vejez.
Si ya te parece absurdo venir desde tan lejos
sólo para preocuparte de este presente
donde
envuelta en alas viaja la vida,
y en árbol el dolor,
sabrás que todo lo que vendrá vendrá a irse
y todo lo que a quedarse vino
se quedará en el reino de Sigrid.
-Te quiero, Alteza-
Morgana y Flavio, me hacéis llorar…no voy a entrar en el mundo de sirenas ni de estibadores…eso os lo dejo a vosotros que de mares procelosos sabéis mucho más que yo…grumetilla inexperta de la vida. Os quiero
Volveré a intentarlo. Ahí va, sin red… Pues muy bien, que sepas que me gusta tu blog, y dentro de él, tu perfil enmarcado en el pequeño espacio de una baldosa porque me sugiere el mosaico completo de lo que esconde. Pero también me gustan tus razones para escribir este blog; tus “poderosas razones” o, si prefieres, tu declaración de principios. Mejor dicho, creo que es el principio de tu declaración de principios, por más que pretendas ocultarte tras esa sugerente “Lolita” que corona la cabecera de tu bloc con mirada traviesa, tacones cercanos, un dedo en los labios y un libro en las manos. Te diré que soy poco amigo de navegar por las aguas “porcelanosas” de la informática. Y es que mis manos prefieren sostener el “Ars Amandi” de Ovidio en unas tablas de arcilla o escribir poemas en la piel de alguien que no siempre me dará la espalda. Pero lo importante es escribir, donde sea, ya que es la manera más pornográfica que conozco de desnudar el cuerpo y de vestir el alma. ¡Ánimo, pues, querida amiga! Que los vientos te sean propicios y las olas favorables en tu navegación por los peligrosos mares de la escritura. Y no olvides que en este puerto-refugio siempre encontrarás un “estibador portuario”, como acertada y recientemente me definió una sirena varada en una de mis orillas.
Si marcas un punto de partida
y regresas a ese punto,
sabrás que el círculo es un punto
que se encontró a si mismo
y que la eternidad es un camino
que tiene el largo de tus pies.
Si el mar está boca arriba o boca abajo;
Si el abismo fue un cielo que cayó de espaldas
o el cielo es otro abismo que viene cayendo
boca abajo
para ti el mar
será un diluvio que alcanzó la vejez.
Si ya te parece absurdo venir desde tan lejos
sólo para preocuparte de este presente
donde
envuelta en alas viaja la vida,
y en árbol el dolor,
sabrás que todo lo que vendrá vendrá a irse
y todo lo que a quedarse vino
se quedará en el reino de Sigrid.
-Te quiero, Alteza-
Morgana y Flavio, me hacéis llorar…no voy a entrar en el mundo de sirenas ni de estibadores…eso os lo dejo a vosotros que de mares procelosos sabéis mucho más que yo…grumetilla inexperta de la vida. Os quiero